lunes, 12 de febrero de 2007

Sombra

Dos cuerpos iguales. El mío y mi sombra.
Un contorno de curvas, dos círculos, mi cadera y mis piernas.
La luz que tengo por detrás te dibuja negra contra la pared blanca.
Vos fría, yo frágil. Te toco, me toco. Te miro, me miro. Me muevo, te mueves.
Fiel dibujo de este cuerpo con vida, pero sos imagen que reposa inmóvil mientras mi mano escribe esta nota.
Y la sombra se mueve. Ya no tan rápido, sino que se pierde en mi ritmo. No capta mi mano y se desprende de mi cuerpo. Muy de a poco. Sin que nadie se dé ahora cuenta, solo yo que estoy acá.
El pulso me tiembla pero sigo con esta oración.
La sombra ya abandonó el final de mi cuerpo. Se despegó de todas mis superficies.
Se levanta torpemente, como si estuviese aprendiendo a caminar. Estira los brazos. Se mira las manos, ya no son las mías, sino sus mismas manos.
Me observa tirada en mi cama escribiendo. Intenta caminar hacia mí. Sé que siente miedo, se nota porque veo como tiembla cuando se mueve. Es brusca. Gesticula pero no habla. Solo le di libertar de estar, no de ser.
Me corro, le dejo un espacio en la cama y se sienta junto a mí. Ahora esta sujetando mi mano. Me guía al escribir, sujeta el lápiz, y vuelve a mí. Empieza a ser sombra.

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