lunes, 12 de febrero de 2007

Cuestión de actitud

Esperaba el momento exacto hasta ahora incierto. Un día de estos tenía que ser. Antes de hoy jamás se hubiera dado cuenta. Fue loco porque cuando volvía de trabajar, esperando el semáforo, parado en el cordón de la vereda, desde un auto una mujer gritó: "Perdiste tu oportunidad". No se lo decía a él. Hablaba con alguien más, pero indirectamente fue una advertencia. Se quedó pensando: "Perdiste tu oportunidad". "Perdiste tu oportunidad". Sí, es verdad. Andaba esperando una oportunidad pero no es que pasen las oportunidades y uno no se de cuenta. ¿O sí? Meditó esa noche: ¿Qué dejé pasar que sea tan importante? "No se me ocurre nada". E imaginó una situación absurda que se daba cuando conocía a alguien y tal vez por X motivos de tiempo no le daba importancia. Esa persona era una oportunidad. Se preguntó por la cantidad de personas que dejó pasar sin conocerlas, no intencionalmente, pero se daba así. Alguien que haya estado en su vida esa última semana y no le dio demasiado tiempo. "Imposible, no se me ocurre nadie". Antes de poder despejar la mente, como un rayo le entró la idea de transformar a las oportunidades en actitudes. Supuso: "La actitud de esperar oportunidades me hace perderlas". Actitud...al final es todo un tema de actitud. Y se vio hacia adentro para encontrar la actitud que proyectaba hacia afuera: ¿Una comparación? Invernal. Como un mamut de la era del hielo, actualmente congelado en Alaska a la espera de algún arqueólogo. La oportunidad no se da en la espera sino en la búsqueda del arqueólogo: "10% realidad, 90% actitud".

No hay comentarios: