jueves, 15 de febrero de 2007

Buenos Aires la fea

Tomar el tren de las 7:35 de la mañana que va de Suarez a Retiro cada día midiendo 1,60 no te deja un margen de respiración apto para llenar los pulmones de aire “Puro”, todo lo contrario... uno se sube al tren sabiendo desde antes de crusar la puerta que tiene que dar el último y prfundo respiro. Te ubicas en algún espacio o hueco y en cuanto te percatas que estas justo en el centro de un grupo de 5 gorilas, te das cuenta de que tu nariz justo está a la altura de sus axilas... Evitás pensar en ello pero el olor que por lo fuerte parece onion con cebolla te hace imposible trucar la mente... Y en la más alta de las reflexiones meditás: ¿Respiro por la boca o por la nariz?... Si respiro por la boca evito sentir el olor, pero me revuelve el estómago sentir esa baranda bajar por mi perfumada Colgate Menta Anticaries garganta. Y respiro por la nariz. Finalmente uno decide imaginariamente dejarse crecer escamas y respirar por las branquias.
Llegas a Retiro y en la maratón Carrefour por llegar primero a la salida, corrés con la boca abierta, la lengua colgando respirando oxígeno.
Finalmente salís de la lata apestada con olor a cebolla e iniciás el Turismo Aventura que implica escalar las montañas de piedra y cemento que hay desde que hace unos meses se dignaron a “urbanizar” Retiro.
Siempre hay dos oportunidades: bien puede ser un día soleado donde la calle deja brotar un olor a podrido totalmente imposible de digerir, o bien un día típico de diluvio porteño donde te transformás en canguro y jugás a saltar baldosas flojas. Saltás una, saltas dos, saltas tres hasta que... Splash! Baldosa floja y te salpicás con barro (... “la próxima vez me pongo las Pampero amarillas que todavía me entran”).
El día puede transcurrir sin mayores altercados hasta que llega el anhelado retorno a casa.
El subte siempre está más cerca. Reducis un tamaño un 50% más del ya poco 1.60 metro que medís, te encadenás todos los bolsillos y te abrazás de la mochila.
Finalmente entrás, estás ahí, parada, es más, enfrentada a alguien que mide como vos.
Por adentro das gracias a que no vas a tener que oler cebollas.
Felizmente pensás y hacés reflexiones filosóficas hasta que el Alerta Roja! de tu nariz empieza a emitir el insoportable instintod del olfato y en tu mente y con luces de colores aparece el cartelito: DANGER, DANGER, DANGER! MAL OLOR!!! NO, NO, NOOOO!... Su aliento me está matando y suponés que se trata de una mezcla de ajo con chicle y cigarrillo. Sabés que la única forma para sobrevivir es manteniendo la mente ocupada y a pesar de ser mujer hacés fuerza e intentás pensar... “¿Lía Salgado se parece a Julia Roberts?... ¿Por qué hay gente que le pone azucar al Nesquik si ya tiene?”. Pero al olor lo sentís raspar las fosas nasales de tu nariz y en un intento doblemente más fuerte volvés a pensar y buscás algún pensamiento deleitable... “BRAD PITT”, doblemente más deleitable... “BRAD PITT y KEANU REEVES”, aún más deleitable... “BRAD PITT, KEANU REEVES y YO”, y para hacerlo cósmico... “BRAD PITT, KEANU REEVES, Y YO EN LA CASA DEL GRAN HERMANO, SOLOS”.
Me bajo en Cabildo y Juramento, en la mente se me cruza un curso de Utilísima Satelital: “Cómo picar papel glasé”. Emprendo una caminata y voy tarareando la canción que me acabo de aprender para el recital de los Backstreet Boys... me siento re Britney Spears, Ups! Lo hice de nuevo!.
Empiezo a esquivar gente, tarjeteros y todo tipo de promoción: “coma como un caballo”, “revise su casilla de correo electrónico por $1 la hora”, “compre un televisor 60´, una heladera 2 puertas y llévese gratis la película de Rodrigo, el Potro”, “modernizamos su guía telefónica”, “gran promoción: Albergue Transitorio Miauuu”.
Finalmente decido con tantos papeles hacer una agenda personal totalmente reciclada que aprendí en Bricolash de Utilísima Satelital y empiezo a juntar de las veredas papel, papel, papel, papel, papel y más papel.
Llegando a la esquina los Backstreet son reemplazados de mi mente por el incesante ruido de bocinas, frenadas e insultos entre taxitas, colectiveros y la señora con su perrito marca Susana Gimenez que no llega a cruzar la calle.
Por suerte sobre Cabildo hay casas de camping y hago a tiempo para comprar un salvavidas, un snorkel y un tanque de oxígeno haciendo juego al mejor estilo Baywatch.
Empieza a llover, las veredas, baños públicos de perros, se transforman en abono para plantas, no me importa, tengo patas de rana.
Miro el reloj y me desespero “FALTAN 5 MINUTOS PARA BETTY LA FEA”.

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